Especialidades

Orientaciones psicológicas
Psicodinámicas

Las orientaciones psicodinámicas mantienen el concepto de pensamiento psicoanalítico, originado por Freud, entendiendo la conducta como un acto con sentido y con finalidad, independientemente de que sea consciente de ello.

El método que se emplea consiste en explorar el mundo interno del sujeto, del cual no tiene conocimiento, apoyándose en los aspectos verbales y no verbales de la terapia, dando gran importancia al lenguaje, entendiendo que el inconsciente dará sentido a la conducta manifiesta.

Surgen distintas corrientes como:

- Las teorías analíticas del yo, que componen la Psicología del Yo y las Teorías de las Relaciones Objetales, ofreciendo gran relevancia las funciones del Yo,y a las relaciones de objeto como elementos fundamentales para la estructura de la personalidad y el desarrollo, siendo el objeto aquello hacia lo que se dirige la acción y los deseos para obtener satisfacción; que pueden ser personas, partes de personas o símbolos reales e imaginarios. Con autores como M. Klein que lleva a cabo la técnica del juego con niños: equivalente infantil a la asociación libre de adultos; Winnicott desarrollando el concepto de objeto transicional, verdadero-falso self, holding como función sostenedora emocional que proporciona el principal cuidador al bebé, así como la importancia del vínculo madre hijo, entre otros conceptos; y otros como Fairbain, Ana Freud o Erickson.

- Las Teorías Psicoanalíticas donde destaca la Psicoterapia Dinámica Breve o Focal de Balint, en las que se delimita un foco concreto psicopatológico para tratarlo en profundidad; la Psicoterapia Breve con Provocación de Angustia de Sifneos, donde se expone al paciente a confrontaciones e interpretaciones provocativas para inducir ansiedad y lograr una alianza fuerte, buscando una reeducación emocional; la Psicoterapia Breve basada en el Foco Estratégico de Malan, que contiene los síntomas y los conflictos psicodinámicos no resueltos en dos triángulos en los que transcurre la interpretación y el insight: triángulo de conflicto y triángulo de las personas; de Tiempo Limitado de Mann; La Terapia de desactivación del Inconsciente de Davanloo; la Terapia Breve Intensa y de Urgencias de Bellack; Psicoterapia de Apoyo, etc... sin olvidarnos de Lacan con una vuelta ortodoxa a Freud, y Franz Alexander, gran representante de la Psicosomática, descubriendo la importancia del inconsciente en la salud física de las personas e introduciendo el concepto de "Experiencia Emocional Correctiva".

- Las tradiciones Neofreudianas, donde destaca la Psicología Individual de Adler, que incorpora una concepción global del Yo individual frente a la fragmentación de otras instancias psíquicas dando importancia a aspectos familiares que conforman el carácter, atmósfera, valores y constelaciones familiares como componentes de su teoría y dando importancia a los sentimientos de inferioridad frente a la voluntad de poder; la con la Psicología Analítica de Jung donde entra en juego el inconsciente colectivo y los arquetipos, empleando técnicas como la amplificación y la imaginación activa; la psiquiatría interpersonal de Sullivan, haciendo especial hincapié en las relaciones interpersonales, considerando la psicoterápia como una forma especial de relación interpersonal que aporta seguridad y aprendizaje a lo largo de cada sesión; y otras figuras destacadas como Horney, Fromm, Ferenczi, Reich o Rank.

Humanistas y existenciales

La Psicología humanista tiene su génesis en concepciones del ser humano filosóficas que comprenden desde Sócrates, hasta la fenomenología y el existencialismo, con pensadores como Nietzsche, Kierkegaard, Heidegger o Sartre.

En términos generales se caracteriza por entender al hombre desde unos valores integrales:

- Su capacidad de autorrealización y desarrollo de sus potencialidades.

- Vivencia inmediata del cliente en el aquí y el ahora.

- Teorías subordinadas a la vivencia buscando el significado que da el sujeto a la experiencia.

- Concepto de conciencia ampliado: trascendencia del ego.

- Superación de la escisión mente/cuerpo.

- Oposición a las clasificaciones diagnósticas.

En las teorías fenomenologicoexistenciales destacan V. Frankl con la Logoterapia, el Psicoanálisis Existencial de Sartre, el análisis existencial de Binswanger, la Psicoterapia Humanístico-existencial de May o la Psicoterapia Existencial de I. Yalom.

Por otro lado las psicoterapias humanistas como:

- La Psicología del Ser de Maslow, donde predomina la jerarquía de necesidades.

- La Psicoterapia Centrada en la Persona de Rogers, con los principios de aceptación positiva incondicional, empatía y congruencia o autenticidad; y su Teoría de la Personalidad.

- La Psicoterapia Gestalt de Perls con principios como la valoración de la actualidad con el aquí y el ahora, la valoración de la conciencia y la aceptación de la experiencia vivida donde prima la experimentación y la valoración de la responsabilidad o la integridad de su conducta y su vida, empleando técnicas como la silla vacía.

- El análisis Transaccional de Berne, con su Modelo de los Estados del Yo, que consisten en diferentes patrones de emociones pensamientos y conductas que llevan a transacciones o juegos de interacción, analizando los tres estados del Yo en cinco niveles de análisis.

- El Psicodrama de Moreno: Empleando técnicas de roleplaying para revivir afectivamente episodios traumáticos y llegar a la catarsis, reconstruyendo escenas pasadas o futuras difíciles o dolorosas con la ayuda de otros "Yo auxiliares", utilizando técnicas como la inversión de roles, el solilóquio, el doblaje o la proyección de futuro, la silla vacía o el juego de ahora.

- Las Terapias Corporales y Energéticas de Reich y Lowen como la vegetoterapia de Reich o el foque bioenergético de Lowen.

- La Terapia Experiencial y Focusing de Gendlin donde se trabaja la autoconciencia de las sensaciones que van surgiendo a lo largo de la sesión terapéutica para crear nuevos significados de estas experiencias dolorosas.

Sistémicas y familiares

Las terapias sistémicas están enfocadas en el microsistema familiar en el cual se encuentran disfunciones y trastornos que expresan la alteración en las propias interacciones, estilos familiares y relacionales y sus patrones de comunicación. Estoas teorías se centran en la dinámica de los procesos de comunicación, las interacciones que se producen entre sus miembros, y los subsistemas que lo configuran.

Aunque los modelos sistémicos se vienen aplicando en terapias familiares su ámbito de aplicación es más ámplio, como la terapia de pareja, o la intervención infantil.

Uno de los precursores es Ackerman y otros pensadores psicoanalíticos, así como Bowlby con sus Teorías del Apego, Bowen con la Teoría Familiar de Sistemas, Bateson, Jackson, Haley y Weakland con la Teoría del Doble Vínculo, el Ciclo Vital Familiar de Erikson, Watzlawick con su Teoría de la Comunicación Humana junto con Weakland y Fisch constituyen la Escuela Internacional del MRI (Mental Research Institute de Palo Alto), Von Newmann y Morgenstern con su Teoría de los Juegos, o la cibernética de Wiener, Minuchin con la Terapia Familiar Estructural, Haley con la Escuela Estratégica, Selvini-Palazzoli, Prata, Boscolo y Ceccin en la Escuela de Milán o Steve De Shazer con la Terapia centrada en Soluciones.

De apego y del vínculo

Las terapias de apego y vínculo se basan en la Teoría del Apego, donde destaca Bowlby y Ainsworth así como otros autores psicoanalíticos, evolutivos y etológicos. Estas consisten en la importancia de crear apegos sanos tempranos en la infancia que tienen efecto a largo plazo en nuestra relaciones como humanos.

El principio más importante de esta teoría es que necesitamos vínculos de apego con base segura para la estabilidad emocional y relaciones humanas sanas. Son los apegos inseguros de tipo ansiógeno o desorganizados los que conformarán de un modo patológico nuestro modo de relacionarnos con los demás. La Teoría del Apego es un estudio interdisciplinario que abarca los campos de las teorías psicológicas, evolutivas y etológicas, así como contextuales y psicodinámicas, y cuyos conceptos han sido empleados en teorías sistémicas.

Existe la Teoría Basada en la Mentalización de Bateman y Fonagy para el trastorno límite de personalidad, basada en la teoría del apego y la capacidad de mentalización, la cual consiste en percibir o interpretar la conducta como estrechamente relacionada con estados mentales intencionales, y permite tener una representación del Self y de los otros en términos de estados subjetivos y procesos mentales. La capacidad de mentalizar se adquiere en un contexto de apego seguro progresivo en el tiempo que nos enseñará a entender nuestros estados mentales y los de los demás.

Cognitivo conductuales

Las terapias cognitivo-conductuales consideran que la conducta humana es aprendida, desde la formación de relaciones de significado personales o esquemas cognitivos. Los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están interrelacionados.

Comprenden las terapias conductistas y terapias cognitivas recogiendo aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica, con base en el condicionamiento clásico, el instrumental y el condicionamiento social. Incluyen técnicas de control de la activación, biofeedack, sensibilización sistemática, exposición; o también técnicas operantes como: técnicas aversivas, técnicas de modelado (aprendizaje observacional, imitación o vicario), técnicas de condicionamiento encubierto, técnicas de autocontrol, entrenamiento en habilidades sociales o hipnoterapia. Así como aportaciones desde las terapias cognitivas como reestructuración cognitiva, donde destaca la Terapia Racional Emotiva de Ellis, que considera que los problemas psicológicos se entienden como patrones de pensamiento desadaptativos e irracionales; o la terapia cognitiva de Beck que entiende los trastornos emocionales o conductuales como el resultado de una alteración en el procesamiento de la información, fruto de la activación de esquemas latentes erróneos. Otros modelos se enmarcan dentro del modelo de habilidades de afrontamiento para tratar la ansiedad o la depresión. También aquí entra el entrenamiento en solución de problemas con distintos tipos de terapias y los modelos constructivistas como: la Terapia Cognitivo-Estructural de Guidano y Liotti, la Terapia de Constructos Personales de Kelly, la Terapia Cognitivo Narrativa de Gonçalves o la Terapia de Esquemas de Young.

Entran aquí también las terapias conductuales de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso de Hayes; la Terapia de Activación COnductual de Jacobson; Mindfulness o Antención Plena, que buscan modificar el modo en el que el individuo se relaciona con su experiencia y reacciona ante sus pensamientos o sentimientos desagradables, a través de ejercicios de focalización de la atención de forma intencional pudiendo observar, reconocer y aceptar todo tipo de sensaciones y pensamientos en el aquí y el ahora, sin juzgarlas ni eliminarlas; la Terapia Dialéctico-Conductual de M. Linehan que está dirigida a personas con trastorno límite de personalidad especialmente para síntomas de impulsividad e inestabilidad, o por último, la Terapia Metacognitiva de Wells, que busca dedicarse a las metapreocupaciones, es decir, las preocupaciones sobre las preocupaciones.

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Trastornos psicológicos o problemáticas más frecuentes
Según clasificaciones DSM-IV, DSM-V y otras
Trastornos del estado ánimo

Los trastornos del estado de ánimo se caracterizan por encontrar alterado el estado anímico o del afecto, como pueden ser los trastornos depresivos y distímicos, que se caracterizan principalmente por una profunda tristeza o estado de ánimo deprimido, decaimiento anímico, pérdida de interés general, disminución del placer, aumento o disminución del apetito y con ello del peso, insomio o hipersomnio, fatiga o pérdida de energía, sentiminetos de inutilidad culpa, dificultades de concentración o toma de decisiones, agitación o enlentecimiento psicomotor, disminución de las funciones psíquicas o ideas recurrentes de muerte o suicidio. Hay varios momentos y situaciones de la vida en las que puede aparecer la depresión como pueden ser pérdidas, tanto personales como físicas o emocionales, duelos patológicos, depresiones posparto, rupturas, divorcios, catastrofes, entre otras.

Por otro lado, los trastornos bipolares y ciclotímicos, que pueden ocasionar cambios inusuales, extremos y fluctuantes en el estado de ánimo, en el nivel de energía, en la actividad y en la concentración, donde se puede conjugar la manía con la depresión entre otros síntomas.

Trastornos de ansiedad

La ansiedad y el miedo son emociones que van unidas. El miedo es una emoción necesaria evolutivamente ya que nos prepara para la lucha o la huida ante una amenaza y además es una reacción automática para poder enfrentarnos a estas situaciones. Junto a este miedo surge la ansiedad que nos ayuda a enfrentar y resolver situaciones difíciles de la vida de forma sana. El problema surge cuando la reacción ante el miedo no es eficaz y entra en juego una preocupación patológica. Esta consiste en una preocupación constante sobre posibles predicciones fatídicas sobre sucesos futuros poco probables causando sesgos sobreestimando la probabilidad del riesgo. Aquí también hablamos de la metapreocupación, que consiste en la preocupación de estar preocupado, el miedo al miedo, uniendo la creencia de preocupación a una sensación incontrolable causando gran malestar y sufrimiento en la persona que lo experimenta.

Dentro de este grupo de trastornos podemos encontrar los trastornos de angustia, constituidos por ataques de pánico o crísis de angustia, pudiendo ir también acompañados de agorafobia (gran ansiedad ensituaciones en las que es difícil escapar); fobias específicas, tanto a animales como ambientales, sangre o situacionales; fobia social... Y por otro lado existe la ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático y trastorno de estrés agudo.

Trastornos psicóticos

La esquizofrenia y los trastornos psicóticos se caracterizan por la desconexión con la realidad, y otros síntomas psicóticos positivos como alucinaciones y delirios; y síntomas psicóticos negativos, como la desorganización del pensamiento, lenguaje y conducta, etc... Todos los ámbitos de la persona se ven afectados e influidos, el ámbito social, laboral, familiar...

En función de sus síntomas y relación temporal entre episodios podemos encontrar cinco grandes tipos de esquizofrenia: paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual.

Los principales trastornos psicóticos que podemos encontrar son: trastorno esquizofreniforme, trastorno esquizoafectivo, trastorno delirante (erotomaníaco, grandiosidad, celotípico, persecutorio, somático, mixto...), psicótivo breve, psicótico compartido (folie a deux)...

Trastornos de personalidad

Los trastornos de personalidad afectan al patrón general de experiencia interna de la persona y de su comportamiento, que se aparta de las expectativas de la cultura. Suelen iniciarse en la adolescencia o al principio de la edad adulta, manifestandose en distintas áreas, como son: el área cognitiva (donde se ve afectada la forma de percibir y aceptarse a sí mismo, a los demás y a los hechos o situaciones), el área afectiva (encontrandose alterada la gamma de afectos, la intensidad, la labilidad y la respuesta emocional adecuada), el área conductual (en donde se ven alteradas las conductas como el control de impulsos) y viéndose muy trastornada la actividad interpersonal.

Los trastornos de personalidad más frecuentes son: El trastorno paranoide de la personalidad, el esquizoide de la personalidad y el esquizotípico de la personalidad. Por otro lado los trastornos más ansiosos o temerosos son el trastorno de la personalidad por evitación, el trastorno de personalidad por dependencia o el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad; y los trastornos más emotivos, inestables y dramáticos, donde encontramos el trastorno antisocial, el trastorno límite, el trastorno histriónico y trastorno narcisista.

Trastornos adictivos

Los trastornos adictivos se caracterizan por la pérdida de control y la dependencia, así como el abuso, tanto de sustancias químicas como otro tipo de adicciones. Las adicciones debidas a sustancias, generalmente son la adicción al alcohol, opiacios, nicotina, ansiolíticos (sedantes o hipnóticos), alucinogenos, anfetaminas, cannabis, cocaina, inhalantes; o adicciones como la ludopatía, los videojuegos, las nuevas tecnologías, etc...

Este tipo de trastornos deterioran gravemente el entorno de la persona que padece la adicción.

Trastornos neurológicos

En este apartado nos vamos a encontrar frecuentemente problemas neurológicos debidos a enfermedades médicas, probocando un déficit clínicamente significativo de las principales funciones cognoscitivas; enfermedades progresivas y crónicas del sistema nervioso central que afectan a las funciones cognitivas como pueden ser las demencias: Alzheimer, demencias vasculares, por VIH, por traumatismo, Parkinson, Huntington, Pick, Creutzfeldt-Jakob, entre otras...; así como trastornos amnésicos.

Pueden entrar aquí otro tipo de enfermedades neurológicas.

Trastornos infantiles y adolescencia

La infancia es una etapa muy importante en el desarrollo de los menores tanto a nivel físico como psicológico. Es una etapa sensible a cambios e influencias que determinarán su bienestar y su salud. Los trastornos en la infancia pueden traer consigo consecuencias en la edad adulta. La familia es muy importante para poder detectar y expresar carencias y dificultades en los menores que puedan ser abordadas a tiempo. Lo más común es que los niños expresen su malestar a través de problemas de conducta como expresión del malestar emocional. Es muy importante la detección temprana.

En la etapa de la infancia y la adolescencia es frecuente encontrarse trastornos del aprendizaje como trastornos de la lectura, del cálculo, de la escritura...; trastornos de las habilidades motoras en el desarrollo de la coordinación; trastornos en la comunicación, tanto en el lenguaje expresivo como en el receptivo o como en el fonológico, tartamudeo (disfasia); discapacidad intelectual o trastornos generalizados del desarrollo, donde encontramos graves déficits y alteraciones generales como: trastorno autista, Rett, Asperger, trastorno desintegrativo infantil, etc...; o el TDAH, caracterizado por la desadaptación, impulsividad, hiperactividad, distracción y comportamientos perturbadores. Podemos encontrar trastornos de la conducta como el trastorno disocial, trastorno negativista desafiante y trastorno disocial, entre otros.

También podemos encontrar trastornos de adultos en la etapa infantil o adolescente, como lo son los trastornos de ansiedad como el mutismo selectivo, la ansiedad por separación, fovias infantiles, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático; trastornos del estado de ánimo como depresión; los trastornos de la conducta alimentaria, entre ellos la rumiación o la pica; los trastornos de ticks, trastornos de la eliminación de orina o heces, como la encopresis y la enuresis; trastornos del sueño como pesadillas o terrores nocturnos...; entre otros.

Nos encontramos aquí con maltrato y abuso de menores o síndrome de alienación parental, etc...

Trastornos del sueño

Uno de los aspectos más importantes para el buen funcionamiento del ser humano es un buen descanso. Los trastornos del sueño afectan a todas las áreas de la persona, laboral, social o familiar, alterando la salud en sus estados más graves. Algunos de los trastornos pueden deberse a enfermedades médicas o inducidos por sustancias, o trastorno mental.

Los trastornos primarios del sueño son las disomnias, que dificultan el sueño disminuyendo su cantidad y calidad, y las parasomnias que cortan el sueño. Las primeras son: insomnio, hipersomnia, narcolépsia, disómnia, trastorno relacionado con la respiración (apnea, etc...) o trastorno del ritmo circaciano. Las parasomnias son: pesadillas, terrores nocturnos o sonambulismo.

Trastornos sexuales

Los problemas sexuales son más comunes de lo que pensamos, ya que al seguir siendo un tema tabú muchas veces no se tratan y se convive con ellos.

Cuando hablamos de disfunciones sexuales nos referimos a la ausencia o modificación de alguna fase de la respuesta sexual, ya sea el deseo, la excitación o el orgasmo y su resolución. Dependerá en qué fase esté, se deberá a un problema fisiológico, una falta de interés, o la imposibilidad de sentir placer. Sin embargo, la mayoría de las disfunciones sexuales se deben a varias causas, tanto orgánicas como psicológicas. Algunas de estas alteraciones pueden resultar como consecuencia de ciertas enfermedades, o ciertas medicaciones, malos hábitos, estrés, ansiedad, otros factores psicológicos...

Generalmente, en las mujeres, los problemas sexuales más frecuentes son:

- Deseo sexual inhibido: cuando es imposible la excitación acompañado de falta del sentimiento herótico, probocando frustración e insatisfacción.

- Anorgásmia: Mantiene la exitación pero resulta imposible experimentar el orgasmo. Es uno de los más frecuentes.

- Vaginismo: se produce por la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina, lo cual imposibiliza llevar a cabo el acto sexual.

- Disparéunia o coitalgia: dolores que ocurren durante el acto sexual.

En los hombres son:

- Impotencia o disfunción eréctil: consiste en la incapacidad para conseguir y/o mantener una erección como para poder llevar a cabo el acto sexual con satisfacción.

- Eyaculación precoz: resulta imposible controlar de manera voluntaria la eyaculación.

- Anorgásmia: existe una ausencia de sensaciones placenteras aunque sí se da respuesta eyaculadora, aunque solo sea parcialmente.

- Disparéunia: Al igual que en la mujer, se produce dolor durante el acto sexual o posteriormente a este. Puede darse por diversas razones.

Otros trastornos comunes son: Deseo sexual hipoactivo o bajo deseo sexual, Trastorno por aversión al sexo

Otro aspecto importante dentro de los trastornos sexuales son las parafilias, que consisten en comportamientos o fantasías recurrentes de carácter sexual que implican objetos o actividades poco habituales. Nos encontramos con el exibicionismo, fetichismo, frotteurismo, sadismo, masoquismo, pedofilia o voyeurismo.

También cabe destacar los problemas en la identidad sexual en los que se puede producir malestar con el propio cuerpo, identificación con el otro sexo, entre otros. Es la terapia afirmativa la que va a llevar a cabo el tratamiento de las secuelas por homofobia o transfobia (ansiedad, depresión...), acompañar y asesorar en maternidades o paternidades, la aceptación de la propia identidad, entre otras. La terapia está enfocada a encontrarse bien consigo mismo, abordar los problemas psicoemocionales o su lugar en el mundo.

Trastornos de la conducta alimentaria

En este tipo de trastornos existen alteraciones en la conducta alimentaria y en el esquema corporal en el que prebalece una alteración o distorsión de la autoimagen. Engloba varias enfermedades crónicas y progresivas con una ámplia variedad de síntomas. Es importante tanto atender a la parte psicológica de estas conductas como a la parte fisiológica o médica.

Algunos tipos son: Anorexia nerviosa restrictiva, o purgativa, bulimia nerviosa purgativa, o no purgativa, obesidad, trastorno por atracón...

Trastornos de estrés postraumático

El trastorno de estrés postraumático está dentro de las clasificaciones de trastornos de ansiedad, sin embargo he querido separarlo dado el peso que tiene este trastorno en la actualidad.

Una persona puede desarrollar un trauma al haber estado expuesto a un acontecimiento estresante o situación catastrófica o amenazadora que ha ocurrido de un modo inesperado excediendo la capacidad de control que percive la persona, perturbando gravemente los esquemas básicos para entender el mundo y manejarse en él.

El DSM-V precisa que el suceso implique una exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, de forma real o amenazada, a uno mismo o allegados. Las consecuencias psicológicas de los traumas dejarán secuelas en los sueños, recuerdos recurrentes, o de otras formas posibles de revivir el evento, flashback, generando gran malestar y afectando en todos los ámbitos de la vida de la persona.

Otra característica es que se produce una alteración en el estado de alarma, así como una serie de problemas emocionales, cuando la persona intenta llevar a cabo estrategias de evitación contra las secuelas.

Es muy importante destacar los traumas en la infancia, por ser la etapa de desarrollo en la que los menores dependen completamente de sus cuidadores. Los abusos, maltratos y abandonos en esta etapa marcarán al niño a lo largo de su vida; uno de los traumas más frecuentes que pueden aparecer como consecuencia de violencia de género en la pareja.

La evitación experiencial ocurre cuando la persona trata de eliminar el sufrimiento emocional, intentando evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos relacionados con el suceso traumático e incluso cualquier otra situación cercana a este. Estas conductas serán las que generen gran parte del sufrimiento psicológico influyendo potentenmente en el desarrollo del trastorno. Y esto ocurre porque el recuerdo de eventos pasados nos evoca directamente recuerdos emocionales muy similares a las del suceso en sí.

Poco a poco se va generando una visión del mundo hostil, en la que en cualquier momento súbito o inesperado puede ocurrir cualquier desgracia. Todo ello suele ir acompañado de depresión y valoraciones negativas de uno mismo, manteniéndole en una situación vigilante y alerta a cualquier situación en la que se den elementos que quieren evitar, desatendiendo lo que ocurre alrededor. Esta hipervigilancia puede llevar a sobresaltos, dificultades y problemas en la atención y concentración, problemas para dormir, problemas de alimentación, irritabilidad, imprudencia, actividades autodestructivas, dificultades con las relaciones con los demás...

Problemas de fertilidad

A lo largo de los últimos años, y con los cambios sociales y laborales que han ido ocurriendo en el mundo, y como consecuencia de nuevos estilos de vida entre otros factores, estan empezando a emerger problemas de fertilidad. No conseguir la maternidad o paternidad a partir de medios naturales genera un gran malestar psicológico. Cuando las personas acuden a tratamientos de fertilidad atravesarán distintas fases en las que suele ser útil el apoyo psicológico.

Además de generar estrés, sufrimiento o frustración, intentar concebir y no conseguirlo puede llevar a dañar la relación de pareja, suponiendo una gran crisis. Cuando una pareja decide someterse a un tratamiento de fertilidad, ya ha pasado por varias emociones devastadoras durante largos periodos de tiempo. Sin embargo el camino no acaba aquí, donde, a través de las distintas fases que se van a llevar a cabo durante un tratamiento de reproducción, la pareja va a ir experimentando diferentes emociones, pasando desde la ilusión e incertidumbre que se crea con una nueva esperanza en el proceso que resurge desde la frustración, la angustia ante la espera de nuevos resultados del estudio de fertilidad, el alivio al encontrar el origen de los problemas de fertilidad, la aceptación del diagnóstico, la impaciencia durante el inicio del tratamiento, entre otras. Se darán distintas respuestas de ansiedad según el tipo de tratamiento que se lleve a cabo, y las características de éste, como pueden ser duración y complegidad. Mientras se espera a los resultados de si ha sido efectivo el tratamiento, la muejer se focaliza mucho en las respuestas de su cuerpo, prestando mucha atención, con muchos temores y angustias, miedos como abortos, dificultades en la gestación, enfermedades... Otro punto importante es cómo se va construyendo la imagen del bebé tanto en la mujer como en la pareja, a lo largo de los meses, cómo se realiza revisión de la propia infancia de los miembros de la pareja y cómo se va idealizando al bebé.

Por otra parte, el embarazo es uno de los momentos más sensibles en la vida de las mujeres, ya que supone cambios físicos, hormonales, psicológicos... y tampoco hay que olvidar la atención psicológica en el posparto.

Dolor crónico

El dolor crónico merece un apartado própio, por las consecuencias psicológicas que conlleva. El dolor puede deberse a afecciones médicas, que suponen una vivencia psicológica del dolor provocando reacciones emocionales que pueden potenciar el sufrimiento asociado. El dolor crónico va a afectar a la pareja y a la familia y puede mermar las relaciones, disminuirán las relaciones sociales, y a nivel laboral, puede afectar al rendimiento.

Cuando el dolor se hace crónico, la percepción del mundo y la propia existencia se ponen en duda. Aparecen sensaciones incontrolables sobre el propio cuerpo, así como limitaciones en las propias capacidades, pérdidas de apoyos sociales, problemas laborales, económicos, etc...

La principal función del dolor consiste en alertar sobre un daño físico para que reaccionemos ante él y tratemos de repararlo. Además de resultar una sensación muy desagradable y amenazante, se incrementa la percepción natural del miedo al dolor, y entramos en una lucha contínua para evitarlo, que generalmente nos lleva al fracaso, y generando irritación, impotencia o frustación. Del mismo modo suele llevarnos a distanciarnos de nuestros allegados, poco a poco se va generando una gran ansiedad, pérdida de placer en las cosas, estado de ánimo deprimido, sentimientos de inutilidad, de falta de valía o agotamiento físico y psicológico.

El dolor puede generar una reacción que incrementa el sufrimiento asociado a este y esta es una de las partes que se trata de abordar con la terapia.

Otros

Otras afecciones psicológicas que se pueden dar son:

- Trastornos amnésicos.

- Trastornos mentales debidos a enfermedad médica (Cambios de personalidad, trastorno catatónico...).

- Trastornos somatomorfos: aquellos que tienen síntomas médicos que sugieren enfermedad médica, pero que no se pueden explicar por ella, como el trastorno de somatización, trastorno somatomorfo, trastorno de conversión, trastorno por dolor, hipocondía, trastorno dismórfico corporal...

- Trastornos facticios.

- Trastornos disociativos: se encuentran alteradas las funciones integradoras de la conciencia, la identidad y la memoria, como son la amnesia disociativa, fuga disociativa, trastorno de despersonalización, trastorno de identidad disociativo.

- Trastornos del control de los impulsos: Trastorno explosivo intermite, cleptomanía, piromanía, tricotilomanía...

- Trastornos adaptativos: aquellos que suponen un cambio emocional relacionado con un estresor, en donde la reacción es mayor que la esperada para dicha causa, encontrando estados como ánimo depresivo, ansiedad, trastorno mixto, acompañado de trastornos de comportamiento y alteraciones mixtas entre conductas y emociones. Pueden darse al cambiar de lugar de residencia, cambiar de pais, verse obligado a acomodarse a otra cultura, la pérdida laboral, etc...

Se pueden dar otro tipo de problemáticas que merecen atención clínica, causando sufrimiento o dolor, pero que no se consideran trastornos en sí mismos:

- Factores psicológicos que afectan al estado físico:

- Trastornos inducidos por medicamentos.

- Problemas de relación: asociados a trastornos mentales o enfermedad médica, o paternofiliales, conyugales, entre hermanos...

- Problemas relacionados con abuso, maltrato o negligencia en la infancia.

- Problemas relacionados con abuso, maltrato o negligencia en el adulto.

- Violencia de género.

- Agresividad y violencia.

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Tipos de intervención psicológica
Terapia individual

Una terapia consiste en trabajar juntos, paciente y psicólogo, a través de un proceso, un tiempo y un espacio, construyendo un vínculo entre ambos, que permita conectar, expresar, empatizar, comprender, liberarse de conflictos y preocupaciones, poder tratar libremente los temas que al paciente le afectan tratando de comprender su causa o la función que tienen en la persona.

Se pueden utilizar diferentes herramientas, técnicas u orientaciones, para ir encontrando nuevos caminos para ir abriendo acceso a otros pensamientos y sentimientos, e ir incorporando un nuevo conocimiento de uno mismo y del mundo. Con todo ello intentamos encontrar nuevas formas de comprender y enfrentarnos a la vida.

Es posible llevar a cabo esta intervención de manera presencial o de forma telemática.

Terapia en grupo

Las terapias de grupo surgen en los años 30 con antecedentes de Freud, entre otros grandes teóricos de la psicología, dirigidos a trabajar con adolescentes en grupo, personas con distintas adicciones, enfermedades en común, etc... pudiendo ampliar la terapia a distintas poblaciones, edades y problemáticas, siendo estas muy útiles para abordar habilidades sociales, fomentar valores y facilitar la enseñanza en grupo.

Se dan varios factores terapéuticos en la terapia grupal gracias a la cohesión, identificación, estructuración y resistencias del grupo. Encontramos varios tipos de grupo: grupos cerrados, abiertos, homogéneos, heterogéneos, distintos tamaños del grupo... etc. Y se pueden dar 4 fases en un proceso grupal: un estadio inicial, donde se pretende aprender a funcionar en grupo, sintiéndose integrado pero manteniendo su propia identidad y es la fase en la que se especifican las normas; un estadio de transición, donde aparecen las resistencias, el miedo a exponerse, dudas, conflictos, luchas de poder, que se van manejando dentro del grupo para llegar al siguiente estadio; el estadio de trabajo, dónde se abordan los problemas y se producen los cambios, y aquí es muy importante la cohesión y pertenencia al grupo junto con la confrontación que moviliza el cambio, y se tratarán los temas difíciles, miedos, problemas, inseguridades; y un estadio final en el que se abordan los miedos para afrontar las nuevas experiencias sin el apoyo del grupo.

Algunos tipos de grupo pueden ser: Psicodrama en sí mismo, el grupo T (buscan mejorar habilidades interpersonales y solución de problemas a través de talleres de aprendizaje), grupo Tavistock de Bion, los grupos de encuentro, grupos maratón de Stoller y Bach, grupos psicoanalíticos (grupoanálisis de Burrow) o grupos de terapia de conducta.

Terapia Familiar

Las terapias de familia son un tipo de terapias específicas dirigidas a todos sus miembros partiendo de la idea de que el problema de uno de sus miembros afecta a todo el sistema familiar considerándose como el síntoma de una enfermedad.

Existen distintos modelos, y según se elija uno u otro las técnicas serán distintas, pero lo más importante es tratar a la familia en su conjunto respetando unas reglas (límites, fronteras), rompiendo ciertas dinámicas familiares, con el fin de llevar al sistema a una mejora en su comunicación, comprensión o relación.

Terapia de pareja

Los problemas de pareja probocan dificultades en la relación y además pueden verse afectados tambien los hijos. Se pueden encontrar areas de conflicto en la intimidad como el poder, la pasión, el afecto, la sexualidad, entre otros, sin estar exentos de hitos y situaciones estresantes como problemas laborales, paro, enfermedades, problemas económicos, jubilación, paternidad\maternidad...

Una terapia de pareja es un tipo de tratamiento psicológico enfocado a las dificultades o problemas que se pueden dar en la relación sentimental que se ha producido entre dos personas, en cualquiera de sus fases.

El tratamiento se ofrece a ambas partes de la pareja y el principal objetivo consiste en mejorar la comunicación en la relación, aprender a comprender los conflictos desde otras perspectivas, comprender los sentimientos propios y del otro, aprender la escucha empática, redescubrirse mutuamente, entre otras, buscando mejorar la calidad de la relación.

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